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Capítulo 1. Presagio de la venida de los españoles

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Presagio de la venida de los españoles. Diego Muñoz Camargo (1529-1599) Historiador Tlaxcalteca B. Sahagún(1499-1590) Misionero Franciscano Presagios en la región azteca. Primer Presagio. una espiga de fuego, en forma piramidal, que causaba pánico entre la población azteca (1517). Segundo presagio. De forma espontanea, ardió la casa de Huitzilopochtli "Tlatelcan", sin ninguna muestra de el incendio haya sido ocasionado por alguna persona, se dice que de las puertas salían llamaradas de fuego que parecían el mismísimo sol. Al final el templo quedo completamente desecho. Tercer Presagio. En una día de lluvia "tranquila" el templo "tzummulco" fue "herido" por un rayo, los testigos al darse cuenta que no había tormenta eléctrica, tomaron como un mal presagio este hecho. El templo estaba hecho de paja por lo que quedo en cenizas. Cuarto Presagio. En pleno día soleado, se vis

Capítulo 2. Primeras noticias de la llegada de los españoles

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Primeras noticias de la llegada de los españoles Hernando de Alvarado Tezozomoc (1520-1610) Historiador Tenochca Moctezuma interroga a los nigrománticos. Moctezuma mando a traer a todos los mayordomos de cada pueblo suyo, con la encomiendo de que buscaran nigrománticos en los pueblos y se los llevaran. Inmediatamente los mayordomos cumplieron con su función y llevaron ante moctezuma un grupo de nigrománticos a los que el les pregunto: "¿habéis visto algunas cosas en los cielos, o en la tierra, en las cuevas, lagos de agua honda, ojos , puentes o manantiales de agua, algunas voces, como de mujer dolorida, o de hombres; visiones, fantasmas u otras cosas de éstas?, Pero los nigrománticos no habían visto ninguna de las cosas que mencionó moctezuma, entonces inmediatamente los mando a encarcelar. Después de un tiempo, moctezuma le dijo de nuevo a un mayordomo que les preguntara a los brujos, que tipo de catástrofes se avecinaban, como los brujos no sabían nada,

Capítulo 3. Las Idas y venidas de los mensajeros

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Las idas y venidas de los mensajeros. Bernardino de Saragún Moctezuma instruye a sus mensajeros. Moctezuma dio ordenes principalmente a su gente de confianza que eran Cuetlaxtlan, Pínotl, y a todos ellos los mando a vigilar la orilla del mar por donde "los forasteros" pudieron llegar, inmediatamente sus mayordomos fueron a vigilar. Mientras tanto, Moctezuma se reunió con sus príncipes: El Cihuacóatl Tlilpotonqui, el Tlacochcalcatl, El Tizociahuáctl, el Huiznahuatlailótla, a los que les contó el relato y les mostró las joyas que había mando hacer. Cuando Moctezuma se entera que los forasteros estaban llegando, inmediatamente manda mensajeros ansioso, como si del mismísimo Quetzalcóatl se tratará. Los dones que ofrecen a los recién venidos. Tesoro de Quetzalcóatl: Una mascara de Serpiente. Un travesaño para el pecho, hecho de plumas de quetzal. Un collar tejido a manera de petatillo, que en medio tenia colocado

Capítulo 4. Actitud psicológica de Motecuhzoma

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El ánimo de Motecuhzoma se alteraba cada vez más por la llegada de los forasteros que traían consigo animales y cosas extrañas, por lo que envió toda clase de magos y brujos para causar algún maleficio e impedir que llegaran a México-Tenochtitlan (esto de acuerdo a los informantes de Sahagún). En medio de sus dudas, pensando que posiblemente fueran dioses, Motecuhzoma envió también cautivos para que fueran sacrificados en su presencia. Se tenía la creencia de que eran dioses por el viejo mito del retorno de Quetzalcoátl. Trataban a los españoles como dioses, llevándoles todo tipo de comida para ellos y sus "venados" (caballos), además de ofrecerles sacrificios los cuales les causaron asco. Cuando los españoles bajaron de sus naves fueron cuidados, se les hicieron honores, venían bajo amparo de ellos, siguiendo su camino. Venían acompañados de Malitzin, una mujer que hablaba Náhuatl, la cual tomaron en la costa. Mucho se decía de que los "dioses&quo

Capítulo 5. Los españoles se ponen en marcha. Llegada a Tlaxcala y Cholula

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Los españoles fueron guíados por un hombre de Cempoala, llamado el Tlacochcálcatl, quien los encaminó hasta Tecoac en donde estaban poblando los otomíes, los cuales los recibieron en son de guerra, los recibieron con escudos. En esa guerra, todos los otomíes perecieron, pues contaban con una gran ventaja los españoles. Cuando se enteraron de esto los tlaxcaltecas, se llenaron de temor.  Por tal motivo, cuando los "dioses" llegaron a Tlaxcala, el pueblo los recibió con obsequios tales como gallinas, tortillas blancas, tortillas finas, etc. Les dieron un trato de dioses y al final los tlaxcaltecas les entregaron a sus hijas. Los tlaxcaltecas no tenían una buena relación contra los pobladores de Cholula, por lo que guiaron a los españoles hasta aquel lugar, todos en son de guerra. Españoles y tlaxcaltecas, todos en contra del pueblo de Cholula, y en tanto que todo esto se hacía, todo se le hacía llegar, se le hacía oír a Motecuhzoma. Luego de esta masacre, s

Capítulo 6. Nuevo envío de presentes y la aparición de Tezcatlipoca en las cercanías del Popocatépetl

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En camino hacia Mexico-Tenochtitlan, los españoles se encontraron con Tzihuacpopoca, quien se hizo pasar por Motecuhzoma. Los españoles intrigados, preguntaron si el era Motecuhzoma, a lo que el respondió que sí, sin embargo los tlaxcaltecas se percataron del engaño y siguieron su rumbo hacia Méxco-Tenochtitlan, para poder ver cara a cara al verdadero Motecuhzoma. Motecuhzoma envía más hechiceros, magos y sacerdotes para impedir la llegada de los supuestos "dioses" pero éstos se encuentran con un hombre al que confunden con el dios Tezcatlipoca y rinden, en vano, cierta adoración. Los hombres que habían sido enviados por Motecuhzoma volvieron a notificarle lo sucedido, pues el supuesto "dios" había dicho que México-Tenochtitlan no existiría más, por lo que Motecuhzoma quedó muy resignado con la noticia, intentando encontrar una solución la cual no aparecía por ningún lado.

Capítulo 7. El principe Ixtlilxóchitl recibe favorablemente a los españoles

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Tras pasar los volcanes, por el rumbo de Tlalmanalco, el príncipe Ixtlilxóchitl, hermano de Cacamatzin, señor de Tetzcoco, salió al encuentro de Cortés en son de paz. Gracias al príncipe Ixtlilxóchitl, desde ese momento la gente de Tetzcoco se unió con facilidad a los conquistadores. Entre tanto, en México-Tenochtitlan, Motecuhzoma tomando en cuenta los presagios funestos de Cuitlahuacatzin, decide recibir en son de paz a los españoles. Los españoles marchando rumbo a Tetzcoco, se encontraron con Ixtlilxúchitl y sus hermanos con mucho acompañamiento de gente, quienes iban a su recibimiento en son de paz. Le rogaron a Cortés que fuera por Tezcuco para regalarle y servirle. Cortés, agradecido al amor y gran merced que Ixtlilxúchitl y hermanos suyos le habian dado, quiso en pago, declararles la ley de Dios. Ixtlilxúchitl y sus hermanos pidieron que los bautizasen, y su padrino fue Cortés y le pusieron por nombre Hernando, porque su señor se llamaba así.