Capítulo 4. Actitud psicológica de Motecuhzoma
El ánimo de Motecuhzoma se alteraba cada vez más por la llegada de los forasteros que traían consigo animales y cosas extrañas, por lo que envió toda clase de magos y brujos para causar algún maleficio e impedir que llegaran a México-Tenochtitlan (esto de acuerdo a los informantes de Sahagún).
En medio de sus dudas, pensando que posiblemente fueran dioses, Motecuhzoma envió también cautivos para que fueran sacrificados en su presencia. Se tenía la creencia de que eran dioses por el viejo mito del retorno de Quetzalcoátl.
Trataban a los españoles como dioses, llevándoles todo tipo de comida para ellos y sus "venados" (caballos), además de ofrecerles sacrificios los cuales les causaron asco.
Cuando los españoles bajaron de sus naves fueron cuidados, se les hicieron honores, venían bajo amparo de ellos, siguiendo su camino. Venían acompañados de Malitzin, una mujer que hablaba Náhuatl, la cual tomaron en la costa.
Mucho se decía de que los "dioses" querían verle la cara a Motecuhzoma, por lo que sentía un gran deseo de huir, pero no pudo llevar a cabo se plan y decidió esperar por su llegada a México-Tenochtitlan.
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